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Un día entre viñedos en El Bierzo
Hotel Ponferrada Plaza

Septiembre es el mes en el que los viñedos del Bierzo se tiñen de colores intensos y la vendimia impregna el aire con aromas dulces, frescos y vibrantes. El paisaje se transforma en una sinfonía de tonos rojizos, verdes y dorados que anuncian el final del verano y la llegada de la estación más esperada por viticultores y viajeros. A pocos kilómetros de Ponferrada, la capital templaria de la comarca, es posible adentrarse en una experiencia sensorial donde naturaleza, vino y gastronomía se entrelazan con historia, tradición y modernidad.
Caminar entre las laderas onduladas, observar a los vendimiadores que trabajan con un saber transmitido durante generaciones o detenerse a contemplar la luz que acaricia los racimos maduros convierte este viaje en un ritual. Es una invitación a la calma, al turismo reposado y a redescubrir la autenticidad de un territorio que ha sabido preservar su esencia frente al paso del tiempo.
La personalidad única del vino berciano
La cultura vinícola en El Bierzo hunde sus raíces en la época romana. Aquel legado ancestral ha dado forma a una denominación de origen que hoy ocupa un lugar destacado en las cartas de vinos más exigentes. ¿El secreto? Un microclima singular, suave y equilibrado; viñedos viejos de densidad excepcional, muchos de ellos centenarios; y un terruño irrepetible, rodeado de montañas y regado por ríos que dibujan terrazas fértiles.
La Mencía, reina indiscutible de los tintos, regala vinos afrutados, intensos y de gran capacidad de guarda. El Godello, joya de los blancos, sorprende por su cuerpo, aromas delicados y elegancia dorada. A su lado, variedades como Doña Blanca, Palomino o Malvasía completan un mosaico vitivinícola diverso y lleno de matices.
Al amanecer: entre viñedos y frescor
Cuando la primera luz acaricia los valles, las colinas bercianas despiertan con un frescor inconfundible. El silencio solo se rompe con el murmullo del viento y el crujido de la tierra bajo los pasos. Caminar o pedalear entre hileras de Mencía y Godello en septiembre es una experiencia inolvidable: la uva en su punto de maduración desprende aromas golosos y los tonos rojizos y dorados iluminan cada curva del camino.
Un consejo útil: conviene llevar calzado cómodo, agua y una cámara, ya que la luz de la mañana es la mejor aliada para capturar la belleza del viñedo.
Mediodía y tarde: cata informal y gastronomía berciana
El viaje continúa con una parada en el Centro de Interpretación de la Vid y el Vino (CIVI) de Camponaraya o en bodegas cercanas como Viñas del Bierzo o Emilio Moro. Allí, entre barricas y copas, se descubre cómo el paisaje se traduce en cada sorbo. Las catas se acompañan de productos locales: botillo, embutidos, castañas asadas o manzanas reineta, auténticos tesoros de la despensa berciana.
Para quienes buscan una experiencia diferente, la Senda de las Cantinas ofrece un recorrido por tabernas tradicionales donde el tiempo parece detenido. Entre conversaciones espontáneas y platos sencillos, se revela la hospitalidad rural y la autenticidad de la vida berciana.
Cierre gourmet: retorno a Ponferrada con sabor local
La tarde invita a regresar a Ponferrada y perderse en su casco histórico, donde la silueta del Castillo de los Templarios domina la ciudad. Una ruta de tapas por sus bares tradicionales es la guinda perfecta: copas de vino de la D.O. Bierzo maridadas con pimientos asados, cecina o quesos de la zona. Es el momento de dejarse llevar por la conversación, la música de fondo y la sensación de haber vivido un día completo.
Y para descansar tras esta inmersión sensorial, el
Hotel Ponferrada Plaza se presenta como la base ideal. Confortable, bien situado y con un trato cercano, es el lugar perfecto para prolongar la experiencia berciana más allá de los viñedos.
Reserva tu estancia en el Hotel Ponferrada Plaza y descubre septiembre en El Bierzo con todos los sentidos: entre paisajes, vinos y tradición.